Razones detalladas para el castigo en la tumba

 

Ordenar que los demás sean rectos y olvidarnos de nuestra rectitud

Se narró que Anas ibn Maalik (Ra) dijo: El Profeta (salla allahou alayhi wa salam) dijo:

 

“La noche que fui llevado al Viaje Nocturno (Isra’), vi a hombres a los que se les estaban cortando los labios con tijeras de fuego. Yo pregunté: “¿Quiénes son, oh, Yibril?”. Él dijo: “Ellos son los Jatibs de tu ummah que solían ordenar a los demás que fueran rectos, y se olvidaban de serlo ellos mismo, y solían recitar el Libro, pero no lo practicaban”.

Narrado por Ahmad, 3/120; clasificado como sahih por al-Albaani en al-Sahihah (291).

Romper el ayuno en Ramadán sin razón válida

Se narró que Abu Umaamah al-Baahili (Ra) dijo:  Oí que el Mensajero de Allah (salla allahou alayhi wa salam) dijo:

 

“Mientras estaba durmiendo, vinieron dos hombres y me tomaron de los brazos, me llevaron a una montaña y me dijeron:

 “Escala”. Yo dije: “No puedo”. Ellos dijeron: “Te lo facilitaremos”. Entonces, escalé hasta que, cuando estaba en la cima de la montaña, escuché fuertes voces. Dije: “¿De quién son esas voces?”. Él dijo: “Son los lamentos de las personas que están en el Infierno”. Luego me tomaron, y vi a algunas personas colgando de sus talones, con los costados de sus bocas desgarrados y sangrando. Dije: “¿Quiénes son?”. Ellos dijeron: “Son los que rompieron su ayuno antes de que estuviera permitido”.

 Narrado por Ibn Hibbaan y al-Haakim (1/210, 290); clasificado como sahih por al-Albaani en al-Sahihah (3951).

Robar del tesoro público

Esto está indicado por el hadiz de Abu Hurayrah (Ra) sobre un hombre que robó una prenda del botín de guerra, y el Profeta (salla allahou alayhi wa salam)  dijo:

 

“Por Quien tiene mi alma en Su mano, la prenda que él tomó del botín el día de Jaybar, cuando todavía no había sido repartido, lo está quemando con fuego”.

Narrado por al-Bujari (4234) y Muslim (115).

Ostentar con orgullo las vestimentas

Ésto esta indicado en el hadiz de Ibn ‘Umar (Ra), según el cual, el Profeta (salla allahou alayhi wa salam)  dijo:

 

“Mientras un hombre arrastraba sus prendas con orgullo, estaba siendo tragado por la tierra, y continuará hundiéndose en ella hasta el Día de la Resurrección”.

Narrado por al-Bujari (3485) y Muslim (2088).

Robar a los peregrinos

Esto está señalado en el hadiz de Yaabir (Ra) sobre la plegaria del eclipse, en el que se dice que el Profeta (salla allahou alayhi wa salam) dijo:

 

“El Infierno ha sido traído, y esto sucedió cuando me vieron moverme hacia atrás por miedo a que sus llamas me tocaran. Allí dentro vi al dueño del bastón curvo, arrancándose los intestinos en el Infierno; él solía robarles a los peregrinos con su bastón curvo, y si lo descubrían, decía: “Me atraparon con mi bastón curvo”, pero si nadie lo veía, se llevaba lo que encontraba”.

Narrado por Muslim (904).

Torturar animales, y no tener compasión por ellos

Según el hadiz de Yaabir sobre la plegaria del eclipse, el Profeta (salla allahou alayhi wa salam) dijo:

 

“Y vi allí a la mujer que tenía un gato al que ataba y no alimentaba, y no lo dejaba comer de los bichos de la tierra, hasta que murió de hambre”.

Narrado por Muslim (904).

Al- Bayhaqi dijo en su libro Izbaat ‘Adhaab al-Qabr (p. 97):


“Cuando él ofrecía su plegaria del eclipse, vio al hombre que estaba arrancándose los intestinos en el Infierno, y al que estaba siendo castigado por robar, y a la mujer que era castigada por lo que le hizo a un gato. Se han convertido en huesos descompuestos en sus tumbas según las personas de su tiempo que estaban preocupadas, sin embargo, los que oraban con él no veían lo que él veía” .

Las deudas

Una de las cosas que daña a los muertos en su tumba es la deuda que posee.

Se narró que Sa’d ibn al-Atwal dijo:

 

Mi hermano murió, y quedó debiendo trescientos dinares, y dejó hijos jóvenes. Yo quería gastar en ellos, pero el Mensajero de Allah (salla allahou alayhi wa salam) me dijo:

 

“Tu hermano está siendo retenido por su deuda, entonces, cancélala”.

 

Entonces la cancelé, luego le dije:

 

“¡Oh, Mensajero de Allah! He pagado la deuda por él, y no se debe nada, salvo que una mujer está reclamando dos dinares, pero no tiene ninguna prueba. Él dijo:

“Dáselos, porque está diciendo la verdad”.

 

Narrado por Ahmad (16776) y Ibn Maayah (2/82); clasificado como sahih por al-Albaani en Sahih al-Yaami’ (1550).


 

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